domingo, 15 de abril de 2012


LAS BUENAS ESTRATEGIAS 
TRANSFORMAN EL MUNDO


“Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda, sabemos que amamos también a los hijos de Dios.  El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga, porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo”. 1 Juan 5:2-4

Descripción: JESUS SE MUESTRA AL MUNDO.jpgSegún la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en México 1.3 millones de jóvenes están desempleados y 5.9 millones de ellos tienen un trabajo precario o se encuentran en la informalidad. Gerardo Gutiérrez Candiani, representante empresarial hizo un llamado a los legisladores para avanzar en los temas estratégicos.
“La falta de reformas puede llegar a tener un costo para el país de hasta 19 mil millones de pesos diarios. En su mensaje semanal, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) afirmó que el costo de oportunidad por desaprovechar el bono demográfico, que empezará a declinar en algunos años, ascendería a 2.8 billones de pesos anuales, por la población que no encuentra empleo digno “y oportunidades para vivir mejor y producir más”. Esta cifra, dijo el organismo empresarial, es sin considerar a los mexicanos que han migrado a Estados Unidos.”Periódico el informador 10 de abril de 2012.
Es inevitable dejar de ver la realidad que se vive hoy en nuestro país, millones de jóvenes en México no han tenido la oportunidad de una mejor educación, de una buena capacitación u orientación y en consecuencia no tienen actualmente una forma digna de vivir y, de planear su futuro. Y es verdad, llegará el día en que todos ellos dejaran de ser jóvenes y entrarán a una nueva etapa de sus vidas en donde disminuirá su potencial de productividad. Y entonces ¿Qué pasará? Es obvio que algo ha sucedido en el país, y eso que ha sucedido por años, sigue sucediendo ahora mismo. ¿Crees que en nuestra patria las cosas puedan seguir sosteniéndose sin una planeación adecuada? ¿Tú qué dices?

En tiempos antiguos, en época de los profetas, las situaciones entre gobernantes y pueblo no eran muy distintas a la nuestra. Pero aún en aquellos tiempos, existía la esperanza de una transformación, de un cambio que provocara una mejor forma de vivir y de convivir con el resto de las personas. Esto siempre ha sido importante y el esfuerzo por alcanzarlo nunca ha declinado. Y la voz de los profetas en medio de toda problemática social nunca ha dejado de escucharse, aún hasta el día de hoy.
En la fracción del Evangelio de hoy, vemos también que las cosas no funcionaban bien del todo entre los líderes y el pueblo. Por esa razón cuando Jesucristo se apareció a los discípulos en el aposento alto, ellos se encontraban llenos de miedo. Temían que las autoridades vinieran por ellos para llevarlos a la muerte, el camino que Jesús había recorrido unos días antes, el camino de la muerte en la cruz.
Pero a pesar de que estaban escondidos por miedo a los judíos, también podemos ver que ese miedo que ellos sentían, era lo que los mantenía unidos. Y cuando Jesús se aparece en medio de ellos, lo primero que hace Jesús es tranquilizarlos, “¡Paz a ustedes”! Y en ese momento Jesús les dio la autoridad para que siguieran adelante, controlando sus miedos.
Aunque no lo sabían, Jesús estaba completamente seguro de que ya estaban listos para emprender el inicio de lo que sería la Iglesia. “Jesús sopló sobre ellos, y les dijo: -Reciban el Espíritu Santo”. San Juan 20:22 Jesús les estaba mostrando el comienzo de algo nuevo, y no solo para ellos, sino para todo el mundo. Ya no estarían solos, pues el Espíritu Santo les acompañaría y les fortalecería.
Jesucristo siempre mantuvo un pensamiento estratégico a cada momento. Y el enviarlos al mundo para llevar su mensaje, debía ir acompañado de la fortaleza de Dios mismo.
La encomienda de Jesús a sus discípulos transformaría a millones de seres humanos, pues el comienzo de la Iglesia proyectaba algo grande.
Esto nos demuestra que tanto para Dios, como para nosotros, es muy importante contar el uno con el otro. Jesús necesitaría de la Iglesia, por esa razón San Pablo habla de la Iglesia como el “cuerpo de Cristo”, porque Jesús dependería en adelante de la fuerza de la Iglesia como portadora de su mensaje. Y es allí en donde surge nuestro poder y nuestra dependencia al mismo tiempo, nuestra dependencia del poder de Jesús. La Iglesia también necesitaría del respaldo de Jesús, ya que sin su presencia, sin su mensaje o sin su amor, la Iglesia perdería todo sentido de existencia, convirtiéndose en una simple organización humana, fría y sin ninguna estrategia para alcanzar su propósito, enfocada en sus propios intereses personales, sin ningún poder de transformación.
Así, de la misma forma que Dios envió a Jesús para cumplir con su misión, Jesús enviaría a sus  discípulos para cumplir con una nueva etapa de esa misión, pero aquí no debemos perder de vista algo muy importante. Para que la misión de Jesús obtuviera éxito, tuvo que mantener una estrecha comunión con Dios, su Padre. Y ahora, para que resultara en éxito la nueva etapa de esta misión, se requeriría de la misma relación, entre los miembros de este nuevo grupo y Dios, y esto se llevaría a cabo a través del Espíritu Santo, el cuál Jesús les había traído a los discípulos.
Por esa razón Juan se atreve a decir en su carta “porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo” 1 Juan 5:4
Ese poder que ha recibido la Iglesia a través de los discípulos ha sido transmitido a la gente, a toda persona que necesitaba escuchar el mensaje de Jesús, a toda persona que estaba cansada de la monotonía de su vida, a toda persona esclavizada por los deseos y pensamientos de su propio egoísmo.
Dios, nunca ha dividido al mundo entre malos y buenos, como catalogamos nosotros a la  humanidad. Dios ve un solo mundo, en donde observa a sus hijos e hijas, unos atentos y otros distraídos. Es aquí en donde obtiene aún más sentido la existencia de la Iglesia. Dios transmite su amor a esos hijos e hijas que se encuentran algo distraídos, distraídos con infinidad de asuntos, asuntos importantes para vivir en este mundo, pero que muchas veces esos asuntos no nos permiten encontrarnos con nuestra grandeza interior, la grandeza que nos llevará a vivir una vida más plena.
Y aquí entra el amor, el amor por esos hijos e hijas de Dios, que se encuentran distanciados tanto fuera como dentro de la institución religiosa. Recuerda, Dios no los ve como personas malas y sin remedio, es por amor a ellos, por lo que Cristo preparó y envió estratégicamente a la Iglesia.

En una ocasión, un hombre se acercó a un niño que observaba todos los días de camino a la escuela, este niño llevaba cargando en su espalda a otro niño que se encontraba incapacitado para caminar. El hombre le dijo, esto debe ser una carga muy pesada para ti. Y el niño volteando a ver a aquel hombre le dijo. No señor, no es ninguna carga pesada para mí, porque él es mi hermano.
Hermano y hermana, cuando las personas comienzan a ver en el ser humano a su propio hermano, la carga se hace ligera, los celos se esfuman, las envidias desaparecen, y en cambio, el mundo comienza a tener un brillo intenso de armonía.
Recuerda, la Iglesia eres tú, y la Iglesia se encuentra estratégicamente involucrada en el mundo, dentro del gobierno, de las escuelas, de las empresas, de las zonas más ricas y de las zonas más pobres, de los clubes, de las zonas de extrema pobreza, etc.

No hay que olvidar que esa es la Iglesia que Jesucristo envió al mundo, la que ve al ser humano con amor, la que busca la transformación, la que no vacila por reformar lo que se deba reformar, la que vence sus propios miedos para emprender algo nuevo, pero que siempre planea sus  estrategias, dejando a un lado la improvisación. Iglesia, a ti te hablo, retoma nuevamente el poder con el que Jesús nos envió hace mas de 2000 años.
Esa Iglesia, es la que seguirá transformando al mundo, salvará a nuestros jóvenes mexicanos y atraerá un mejor futuro para nuestra nación.

Amén.

Pbro. Roberto Aguilar Cedeño

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA
Abril 15, 2012