domingo, 29 de julio de 2012

EL MIEDO TE ACERCA A DIOS


“A la madrugada, fue Jesús hacia ellos caminando sobre el agua, y ya iba a pasar junto a ellos. Cuando lo vieron andar sobre el agua, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos lo vieron y se asustaron. Pero en seguida él les habló, diciéndoles:¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!Subió a la barca, y se calmó el viento; y ellos se quedaron muy asombrados,”. San Maros 6:48b-51

“Discurso del movimiento #yo soy 132 pronunciado durante la toma pacífica de las instalaciones de Televisa Chapultepec:Convocados por una vergüenza que nos afrenta, hoy estamos aquí, a las puertas de esta empresa mediática ignominiosa, que se ha encargado de desinformar y manipular al pueblo mexicano.
A los pueblos de México:Cuando llegamos estaba el mundo y éramos ya un pueblo con hambre y con siglos de opresión. Éramos cúmulo de descontento, éramos fraudes electorales sin revolución, éramos Chiapas y 500 años sin nombre levantados en armas, éramos Aguas Blancas y el pueblo en la tierra asesinado, éramos crisis y deudas ajenas, manos sin trabajo, éramos huelga, barricadas aplastadas, Atenco y Oaxaca, mujeres violadas y asesinadas, víctimas de represión. Éramos trabajo de esclavos, familias migrantes, cuerpos en puentes colgados, mártires (presas) del terrorismo de Estado, moneda de cambio en una campaña, asesinato como libre mercado.No fuimos buscados sino fuimos la ineludible consecuencia de un pasado y presente plagado de certezas impuestas…” Porción del discurso. Tomado del periódico “la Jornada”, sábado 28 de julio del 2012.

El pueblo de México se encuentra algo dividido en este tiempo de elecciones. A la fecha existen más de trescientas solicitudes de entre partidos políticos y agrupaciones sociales que solicitan la impugnación de las elecciones federales ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y también se han desatado varios acontecimientos que están ocurriendo dentro y fuera del país. Como lo son las marchas que se han llevado a cabo los fines de semana pasados en las ciudades más importantes de México, y también en el extranjero. Protestas en instalaciones del I.F.E., tanto federal como estatales. Protestas en varios consulados mexicanos alrededor del mundo, cartas entregadas por ciudadanos mexicanos a líderes internacionales como la Unión Europea, O.N.U., etc. Y ahora la toma simbólica de la televisora más importante de México, etc. Todos estos acontecimientos han provocado distintos sentimientos a la ciudadanía. Hay quienes se mantienen a favor de los sucesos, otros permanecen en contra y otros más no han querido opinar al respecto.Ya sea estando a favor, en contra o manteniéndose al margen, podemos ser asaltados por el miedo. Miedo al cambio, miedo a las diferentes formas de pensar, miedo a una revolución o a un estallido social y miedo a que todo siga igual que siempre. De cualquier forma, no somos inmunes al temor. Pero, ¿Debe ser el miedo una forma de vida, que nos mantenga ocultándonos de la realidad, o un trampolín que nos impulse a la verdadera paz y tranquilidad? 

Un ejemplo del miedo podemos verlo en la porción del Evangelio de San Marcos. Un acontecimiento en la vida de Jesús y de sus discípulos. Cuando ellos vieron a alguien caminando sobre el agua, en la oscuridad, quedaron impresionados, sin poder darle alguna explicación lógica a lo que estaban viendo. Y aunque algunos de ellos eran pescadores, nunca había visto algo semejante. Pero al darse cuenta de que era Jesús quien se acercaba, entonces se tranquilizaron y llegó la paz a ellos. El viento que les azotaba inmediatamente dejo de estar presente.De esta manera es que los cristianos vemos a Jesús, como nuestro maestro, nuestra roca, nuestro escudo, nuestra paz. Los cristianos, en algunas ocasiones llegamos a perder de vista a Jesús, y nos dejamos llevar por el viento en nuestra contra. Por aquellos problemas o vivencias que tenemos a diario y que no son otra cosa que pequeños inconvenientes que nos causan temor. Pero por otro lado, en ocasiones hemos logrado usar ese miedo para impulsarnos y ver a Jesús en medio de lo ilógico en incongruente. Los discípulos pudieron ver a Jesús y recibirlo en su barca, aun cuando para ellos era imposible que Jesús pudiera estar caminando en el agua. Así que lo dejaron subir y aceptaron que él era distinto a todo lo que antes habían conocido. 

Cuando el profeta Elías tuvo que partir de este mundo, Eliseo, su discípulo, no se despegó de él en ningún momento. Y aunque Elías le decía que lo esperara en un lugar y que él regresaría después, Eliseo no lo dejó ni un instante. El deseo de Eliseo era recibir el doble de la porción del espíritu de Elías, y lo único que debía hacer para conseguirlo era seguir a su maestro en todo momento. Al llegar la partida de Elías por medio de un carro de fuego que bajó del cielo, es decir de una forma que asustaría a cualquiera, Eliseo se mantuvo en el lugar. Tal vez Eliseo sintió miedo, pero ese miedo lo impulso a ser mas fuerte, pues el tenia su objetivo bien definido y el miedo no era motivo para echarlo abajo. Y de esa forma Eliseo recibió lo que había deseado, porque se mantuvo firme hasta el final a pesar del miedo. De esa misma forma los discípulos de Jesús vencieron el miedo y se hicieron más fuertes cada día. Con experiencias como estas Jesús fue entrenándolos, pues vendrían momentos muy difíciles.

Hermano y hermana, es cierto que lo que acontece en nuestra patria no es nada agradable, y que provoca temor. Pero, ¿acaso hemos sido llamados por Jesucristo, para volver atrás cuando sucede algo que nos causa temor? A través de cada pasaje donde vemos a Jesús dar una enseñanza a sus seguidores, se puede aprender que Dios nos ha creado para ser grandes personas que transforman el mundo. Muchas veces sin darnos cuenta, en mas de una ocasión nos ha sucedido que hemos sido fuertes, hemos vencido el miedo y hemos alcanzado lo que en un instante dudamos que alcanzaríamos. Así que por medio de vencer el temor, llegamos al triunfo.

Hay una frase que leí esta semana: “No hay que derrumbar nuestros sueños… hay que derrumbar las barreras que nos impiden cumplirlos”. Y esas barreras muchas veces son los miedos que se atraviesan en nuestra vida diariamente. La decisión es tuya hermano y hermana.Eleonor Rooselvelt dijo: “Usted gana fuerza, valor y confianza con cada experiencia en la cual usted se detiene y mira al miedo en la cara. Ya que luego de esto usted es capaz de decirse a sí mismo: “He superado este terror. Ahora puedo enfrentarme a lo próximo que se me venga.

Hermano y hermana, puedes dejar entrar a Jesús a tu barca en todo momento. Él, siempre está esperando que tú lo invites a entrar. Y cuando el viento está en tu contra y te es mas difícil remar. Vence tu miedo y atrévete a decirle a Jesús: “Señor, tu tienes toda la libertad de ser parte de mi”. Jesús está más cerca de ti de lo que crees. Él, no está en la imagen de papel, de madera o de metal. Jesús está presente en tu consciencia, en esa voz que muchas veces te ha hecho sentir incomodo en los momento de tomar una mala decisión. Jesús está en tu más noble pensamiento, Jesús está cuando decides ayudar a tu prójimo sin esperar nada a cambio. Jesús está presente cuando tu quieres hacerlo presente.

Así que recuerda, el miedo bien conducido, sin duda te acercará a Dios. Amén.


Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.
robertoaguilar.75@gmail.com
29 de julio de 2012.