“Al momento, los oídos del sordo se
abrieron, y se le desató la lengua y pudo hablar bien. Jesús les mandó que
no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban. Llenos de admiración,
decían: «Todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los
mudos hablen!»”
San
Marcos 7:35-37
El expiloto
de Fórmula 1, Alessandro Zanardi, quien perdió sus extremidades en un accidente
en Alemania hace 11 años, ganó este viernes su segunda medalla de oro en los
Juegos Paralímpicos 2012. "Todos
los días se puede lograr algo nuevo", dijo el italiano al concluir la
competencia.
Desafortunadamente
en nuestra sociedad se cometen infinidad de injusticias, pero lo más lamentable
es cuando esas injusticias degradan la dignidad de hombres, mujeres y niños,
seres humanos que son merecedores de llevar una vida digna y de obtener las
mismas oportunidades que otro ser humano tiene en cualquier otro lugar del
mundo. Muchas veces las limitaciones físicas en una persona son el motivo para
que se les discrimine y se les rechace, dejando de apreciar toda la grandeza
que en ellos existe. ¿Cuál deberá ser la actitud de quien sigue a Cristo, ante
tales personas?
El
evangelio de San Marcos nos narra que Jesús volvió a salir de la región de Tiro
pasando por Sidón hasta llegar al Lago de Galilea. Tiro y Sidón eran dos
ciudades que en tiempos de Jesús se encontraban en el apogeo de su prosperidad
económica, la comunidad judía de aquella región era muy activa, y al parecer
Jesús acostumbraba ir a aquella zona para tener un momento que le ayudara a
recobrar fuerzas y tener también momentos de reposo. Aquellos lugares se
encontraban lejos de las tierras judías, en lo que actualmente es el país de
Libia, por esa razón Jesús le decía a la gente que no le dijeran a nadie de los
milagros que realizaba, precisamente para evitar las provocaciones, trampas y
artimañas con las que los fariseos acostumbraban perseguirlo y hostigarlo.
A
pesar de la prosperidad económica de aquella región, existía una marcada
desigualdad social, discriminación, no solo a niños y a mujeres, sino que también
se discriminaban a las personas que padecían algún tipo de discapacidad,
principalmente se creía que se debía al pecado que ellos o sus padres habían
cometido.
Y
en aquella ocasión a Jesús le acercaron un hombre sordo y tartamudo para que lo
pudiera sanar. En primer lugar no se trataba de cualquier persona, él era un hombre
que seguramente había sido muy herido, esencialmente por el trato que los demás
habían tenido con él por muchos años. Por ejemplo, una persona incapacitada de
su vista, simplemente no era testigo de las humillaciones de las cuales era
victima, en cambio este hombre que ahora se ponía en manos de Jesús, había
podido ver todos los desprecios, burlas e insultos que los demás le hacían
debido a su incapacidad para poder oír y hablar. Por esa razón este no era
simplemente una persona incapacitada físicamente, sino que era una victima de
la indiferencia, el abuso, la burla y el desprecio de los demás. Entonces, seguramente
este acontecimiento podría ser un espectáculo más en la vida de aquel hombre, un
espectáculo esperado por aquellos que acostumbraban despreciarlo. Sin embargo
Jesús, como nos dice el evangelio, lo llevó a un lado, aparte de la gente, en
donde Jesús pudo realizar la sanidad.
Actualmente,
se llega a creer que Jesús era una especie de sanador, un sanador que puede ser
visto vía satélite por un canal de televisión, con una gran audiencia y con una
larga fila de personas en sillas de ruedas y con muletas, listos para ser
sanados en un segundo frente a las cámaras de televisión. Pero no, ese no era
el estilo del Jesús el maestro de Nazaret. A Jesús pudo no haberle importado lo
que pasaba a su alrededor, porque Él era diferente. Jesús era un excelente
observador de lo que sucedía a su alrededor, de otra forma no habría podido
enfrentarse a tantas situaciones negativas durante todo su ministerio. Jesús
optó por separar a ese hombre de las demás personas, porque Él era muy sensible
al dolor humano, su prioridad era que cada persona se encontrara con la
felicidad y con su potencial interno, y claro que ese hombre no era la
excepción. Jesús no estaba dispuesto a hacer un espectáculo a expensas del
dolor humano.
En
nuestro país, al año 2010 según el INEGI, las
personas que tienen algún tipo de discapacidad son 5
millones 739 mil 270, lo que representa 5.1%
de la población total. No son pocas las personas que tienen que
vivir situaciones similares a las del hombre que se encontró en el camino de
Jesús.
La discapacidad del ser humano no es el mayor problema, el
problema es la indiferencia o rechazo en el que muchas veces nos vemos
atrapados. Una indiferencia o rechazo que nos lleva a subestimar a tan extraordinarias
personas solo por el aspecto de su apariencia física.
Pero cuando llegamos a la comprensión de que cada ser humano tiene
un potencial increíblemente poderoso, podemos entender entonces la actitud de
Jesús ante tal situación, podemos comprender un poco más el pensamiento y la
visión que Jesús nos ha dejado para seguirlo.
Después
de que el expiloto Alessandro Zanardi perdiera
sus dos piernas en una competencia de Formula 1, seguramente muchos pensaron
que su vida acabaría en ese momento. Pero no fue así, Él demostró que ninguna
discapacidad lo frenaría para sacar su potencial humano, es ahí en donde Jesús puso
su mirada con aquel hombre del evangelio. Es verdad que Jesús realizó el
milagro en aquel momento, pero pudo no haber pasado nada si Jesús no hubiera
estado dispuesto a acercarse y tocar a este hombre que era tachado como lo mas
bajo e indeseable para la gente de su época. Ahora con Alessandro Zanardi,
Jesús volvió a realizar un milagro, pero el milagro más grande para Dios es
cuando la sanidad se logra en el interior del ser. Al haber Ganado 2 medallas
de oro en los juegos paralímpicos de Londres, juegos que la mayoría de la
población mundial ignoró, se manifestó la sanidad del alma de Alessandro, y nos
da una gran lección con sus palabras, al decir, “Todos los días se puede lograr
algo nuevo”.
Rescatar el potencial humano es lo que más vale la pena.
Hermano y hermana, atrevámonos a mirar como Jesús, a sanar
con la actitud de Jesús, no subestimes a
nadie por su apariencia, en cada ser humano se encuentra Dios pero también una
parte de ti y de todos. Cada vez que ayudamos a uno de esos grandes seres
humanos en cualquier forma, estamos haciendo milagros. Querido amigo y amiga
Jesús quiere de nosotros que nos ayudemos, no importando las capacidades o
incapacidades que tengamos, no importando el nivel social, no importando el
nivel intelectual, no importando el color de piel, no importando la orientación
sexual, no importando la cultura, no importando el acento o idioma, no
importando nada, simplemente somos seres humanos que nos tenemos unos a otros.
No necesitas buscar mucho a quien poder ayudar, la persona que necesita algo de
ti por alguna razón siempre te sale al paso, así como le aconteció a Jesús,
solo debes estar atento y dispuesto. Y como dijo Alessandro "Todos los
días se puede lograr algo nuevo" pero recuerda siempre, ser mas humano con
los humanos. Amén.
Pbro. Roberto
Aguilar-Cedeño.
9 de
septiembre del 2012.
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