SIENDO AUTENTICO TRANSFORMO EL MUNDO
Maestro, queremos que nos hagas el favor que
vamos a pedirte. Él les preguntó: ¿Qué quieren que haga por ustedes? Le
dijeron: Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos uno a tu derecha y
otro a tu izquierda. Jesús les contestó: Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden
beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a
recibir? Ellos contestaron: Podemos.
Jesús les dijo: Ustedes beberán este trago
amargo, y recibirán el bautismo que yo voy a recibir; pero el sentarse a mi derecha o a
mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que les será dado a aquellos
para quienes está preparado. San Marcos
10:35-40
“La Ilustración fue
una época histórica y un movimiento cultural e intelectual europeo
–especialmente en Francia e Inglaterra–que
se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta
el inicio de la Revolución
francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo
XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de
la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por
este motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la
Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la
superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una
gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época.” http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustraci%C3%B3n
El ser humano siempre ha buscado la manera de
transformar el mundo, mejorar el entorno que le rodea, tener una mejor
economía, una mejor vida política, social y una buena relación con Dios. Las
aspiraciones por tener un mundo mejor siempre han existido y jamás dejaran de
existir. La época de la
Ilustración o de la razón, como es conocida también, trajo muchos cambios al
mundo, de los cuales hasta el día de hoy podemos seguir siendo beneficiados.
Pero, ¿Cómo podremos continuar impulsando nuevos cambios que sigan mejorando
nuestra relación humana y la que llevamos con nuestro entorno? Hermano y
hermana, ¿Tú que crees? ¿Tendrá alguna relación la persona que busca crear un
mundo mejor, con la persona que sigue el mensaje de Jesucristo?
La porción del Evangelio de este domingo, San
Marcos 10:35-45, nos ayuda a comprender mejor nuestro papel en la búsqueda de
un mundo mejor. Esto nos revela que cuando
somos auténticos, vencemos miedos, quitamos hipocresías y todo aquello que nace
de un sentimiento negativo o egoísta, nos prepara para ser nosotros mismos quienes
transformamos el mundo.
Esto lo aprendemos a través de la vida de Santiago
y de Juan. Al acercarse ellos a Jesús, y pedirle que les hiciera el favor de
ponerlos uno a su derecha y otro a su izquierda cuando él estuviera en su
reino, actuaban según sus propios pensamientos, principios y educación. Tenemos
entonces, mucho que aprender de estos dos discípulos de Jesús, pero necesitamos
darnos cuenta quienes eran, y porqué dijeron lo que dijeron.
En primer lugar, Santiago y Juan eran
parientes de Jesús. También poseían una buena posición, por lo menos mejor que
el resto de los discípulos, dice el evangelio “En seguida los llamó, y ellos dejaron a su
padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús.” San Marcos
1:20. Esto nos podría demostrar que Santiago y Juan
creían ser superiores a los demás por su posición social y familiar, algunos estudiosos
de la biblia han dicho que se puede ver aquí la ambición de ambos, pues era
importante para ellos ocupar los mejores puestos en el mundo terrenal.
Otra cosa que
pasaba con Santiago y Juan, era que no habían entendido a Jesús, a pesar de sus
enseñanzas, de su estilo de vida, o de su trato con las personas. Santiago y
Juan no estaban comprendiendo bien cuál era el destino del mesías, ellos
seguían idealizándolo como gobernante terrenal.
Pero aquí viene
lo más importante en la vida de esos dos hombres. Ellos no eran perfectos,
tenían sus propios “defectos”, aunque más que defectos, simplemente actuaron siendo
auténticos, esas eran sus personalidades y no lo trataban de ocultar. Eso no
era obstáculo para que Santiago y Juan creyeran profundamente en Jesús, pues confiaban
fielmente en su triunfo final. Estos dos discípulos nunca dudaron de su
maestro, aunque fuera poco aceptado por los líderes religiosos más estrictos de
su época, y aunque fuera discriminado por quienes le criticaban ser el hijo de
un simple carpintero, a pesar de esto, Santiago y Juan le siguieron, creyeron
en él y aún le fueron fieles después de su muerte y resurrección.
Cuando Jesús les
advirtió lo que tendrían que soportar si querían seguirle, estuvieron dispuestos,
“¿Pueden beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el
bautismo que yo voy a recibir? Ellos contestaron: Podemos.” Jesús usó aquí dos metáforas hebreas. En los banquetes reales el
rey pasaba la copa a sus huéspedes. Esta metáfora simbolizaba la vida y
experiencia que Dios comunicaba a los hombres. “mi copa está rebosando” Salmo
23:5, esto refería la felicidad de Dios. La copa que Jesús estaba ofreciéndoles
era amarga. Y la otra metáfora no se refería al bautismo en agua que Jesús
había tenido, la palabra que utilizó aquí Jesús fue (bebaptismenos) que significa sumergido
o inmerso, y que viene de la palabra griega βαπτιζειν (babtizein)
que en castellano es sumergir.
Jesús estaba hablando de la experiencia en la que estaría sumergido o inmerso,
refiriéndose a lo que padecería en cuanto volviera a Jerusalén y se enfrentara
al desprecio y a la muerte. Santiago y Juan fueron dos hombres comunes que
estuvieron dispuestos a aceptar esto que Jesús les advertía.
Santiago y Juan fueron honestos al atreverse
a hacerle la petición a su maestro con sinceridad y sin rodeos, se atrevieron a
cuestionar, se atrevieron a hablar y a expresar sus inquietudes, y además
estaban preparados para cualquier respuesta.
La iniciativa de Santiago y Juan se dio
también por el excelente liderazgo que Jesús desempeñaba, ellos sentían
confianza, respeto e interés de parte de Jesús, sabían que contaban con Él,
porque no solo era su maestro, sino también su amigo y compañero. Jesús era la
persona que siempre estaba dispuesta a escuchar comentarios, fuera lo que
fuera. Si Jesús hubiese juzgado sus vidas, sus errores o sus preguntas, ellos
difícilmente se hubieran atrevido a pedirle los mejores lugares en su reino.
Podemos ver aquí, que Jesús en ningún momento intentó controlar sus
pensamientos, o limitarles lo que debían o no hablar.
Gracias a esa autenticidad en la iniciativa
de Santiago y Juan, nosotros en la actualidad aprendemos de la actitud de Jesús
ante esta petición, notamos un gran respeto hacia todos sus seguidores.
Hermano y hermana, aunque en ocasiones creas
que tus peticiones, preguntas o cuestionamientos son irreverentes o blasfemos hacia
Dios, puedes estar seguro y segura de que no es así.
Ser autentico es algo que nos ayuda a crecer,
es importante vencer los miedos y cuestionar, enfrentar dudas, deseos o anhelos.
Amigo y amiga, procura expresar tus sentimientos, busca los momentos adecuados para
acércate a tu sacerdote, tu guía espiritual, tu pastor, tus maestros, tu amigo
más fiel, y pregunta sin temor, cuestiona todo aquello que inclusive por años
te ha estado dando vueltas en tu mente y no has hallado respuesta. Nosotros,
como Sacerdotes, consejeros o pastores, siguiendo el ejemplo de Jesús, estamos
a la espera de tus preguntas, dudas, deseos, peticiones, aunque eso no quiere
decir que tendremos todas las respuestas, pero podemos ser tus acompañantes en
la búsqueda de ellas, y sobre todo a escucharte sin juzgar.
Expresándote, es la única manera en que se obtienen
las respuestas. Sin temor pregunta e investiga,
y conocerás los resultados que te conducen al verdadero cambio.
Santiago y Juan son un gran ejemplo, ellos hicieron
su petición y obtuvieron su respuesta, se hicieron más fuertes y más fieles a
Dios. Todo está en ti, tú eres importante para Jesús y él siempre va escuchar
cualquier petición que le quieras hacer.
Hermana y hermano, en este sencillo dialogo
entre Jesús, Santiago y Juan, aprendemos que siendo auténticos, es posible que
podamos aspirar a contribuir en la transformación de nuestro mundo. Pues
Santiago y Juan fueron dos hombres que continuaron viviendo la enseñanza de
Jesús, nunca se dejaron vencer por la adversidad y hasta el ultimo momento de
sus vidas siguieron creyendo en el mensaje de salvación de su Señor, Maestro y
Amigo, Jesucristo.
Así como en la época de la Ilustración del
siglo XVIII, hubo hombres y mujeres comunes y corrientes que ocasionaron
grandes cambios mejorando nuestro mundo, y como en los tiempos de Jesús. Hoy es
posible que hombres y mujeres honestos, siguán transformado el mundo actual para
hacerlo cada día mejor. Nunca olvides que siendo auténticos podemos transformar
el mundo. Amén.
Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.
21 de octubre del 2012.
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