VIVIR LLENOS DE DIOS, LA MEJOR INVERSIÓN
El que come mi carne y bebe
mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo
vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí.
San Juan 6:56,57
“El número de personas ocupadas en el mercado
laboral del país ha crecido en fechas recientes, pero la mayor parte lo ha
hecho en condiciones de precariedad, es decir, con niveles salariales bajos y
sin acceso a servicios de salud, afirmó el Centro de Estudios Económicos del
Sector Privado (CEESP).
Considera
que para estimular un mayor incremento del empleo de calidad, debe acelerarse
el crecimiento de la economía y mantenerlo a tasas elevadas.
Para
ello, debe mantener la estabilidad macroeconómica, estimular la inversión y un
ambiente de seguridad y Estado de derecho, así como aprobar las reformas
estructurales que requiere el país, como la fiscal, la laboral y la energética.”
El Economista http://eleconomista.com.mx/organismos-empresariales/2012/08/19/ip-pide-acelerar-crecimiento-
mejorar-empleo
Según
el Fondo Monetario Internacional, México ocupa el lugar 14 dentro de las 25
economías más grandes del mundo. A pesar de ello, las condiciones de vida en la
mayoría de los mexicanos, no reflejan el
lugar que ocupa la economía mexicana a nivel mundial. Ya que la distribución de
las riquezas no se ha repartido de manera equitativa, y la división entre ricos
y pobres es cada vez mayor.
Ahora
bien, ¿Acaso será cierto que los mexicanos no podrán aspirar a un empleo digno,
con el que puedan vivir bien y tener acceso a servicios de salud, hasta que
exista una economía estable y reformas estructurales?
O
¿Acaso existirá otra forma de alcanzar el sueño de vivir una vida estable, con
las condiciones básicas que permitan llevar una vida dedicada al crecimiento
integral?, Tú ¿que crees?
En
el evangelio de este domingo, San Juan 6:53-59, encontramos una
muy importante ayuda, para reflexionar a cerca de esta situación que vivimos
actualmente en México, y no solo en nuestro país, pues estas inequidades se
viven actualmente en casi todos los países del mundo. Entonces, ¿Que nos dice
Cristo para esta situación?
Veamos,
tal vez cuando leemos, “comer su carne y beber su sangre” nos
puede sonar como una frase un poco extraña si lo interpretáramos literalmente. Pero
debemos ir al fondo de lo que Jesús quiso decir realmente con estas palabras.
Durante
siglos, esta expresión ha resultado ser grotesca o fantasiosa para personas
ajenas al cristianismo durante distintas épocas. Pero, para los oyentes de
Jesús, al escuchar esto, surgía en sus mentes imágenes muy familiares
relacionadas con los inicios de su propia historia. Y es que escuchar esto era
perfectamente normal para quienes conocían el sacrificio en el mundo antiguo.
En
ese mundo antiguo se ofrecían animales en sacrificio, parte de la carne que se quemaba
era para los sacerdotes y otra parte se le devolvía al que había presentado esa
ofrenda, entonces esta persona hacía una fiesta invitando a sus amigos, la cual
se llevaba a cabo en el recinto del templo. En esa fiesta se consideraba que el
invitado de honor era el dios al que se le había llevado tal sacrificio. Porque
al habérsele ofrecido esa carne, se creía que la divinidad había entrado en
ella, y al comerla se creía que la divinidad entraba para habitar en la persona
que la consumía. Y cuando volvían a sus casas, creían literalmente que volvían
llenos de la divinidad.
Tal
vez nos puede parecer este un acto de idolatría, o que aquellas personas fueron
engañadas. Pero ellos estaban seguros de estar llenas de su dios cada vez que
volvían a participar de un sacrificio parecido.
Entonces
para los oyentes de Jesús, esas palabras no sonaron tan fuera de la realidad.
Ahora
bien, ¿Cual era la necesidad del ser humano en aquella época? ¿Para que hacían
sacrificios de animales? Pues para sentir que la divinidad se podía llevar dentro
de si mismos. Por esa razón se tuvieron que hacer tantos sacrificios, de
animales como de humanos en otras culturas. Para poder tener una conexión con
el dios al que le rendían culto. La mayoría de las religiones existen por esa razón,
pues era vital sentir que su dios los acompañaba, los protegía y les proveía de
sus necesidades. Y ¿Que querían que les proveyera la divinidad?, pues compañía
en su soledad, prosperidad en la inestabilidad, felicidad en la amargura, valentía
frente al miedo, redención frente a la culpa. Todos participaban, ya fuera por
compromiso, por que la mayoría lo hacía, pero nadie se escapa de sentir esa
necesidad de vivir cerca de la divinidad.
Lamentablemente
algunos líderes en todas las épocas, sobre todo lideres religiosos y políticos,
se han aprovechado de está necesidad que tiene el pueblo, y la han utilizado para
satisfacer fines egoístas y que tanto daño han hecho, ocasionando que no
hayamos podido alcanzar la equidad y justicia que necesita la humanidad.
Por
esa razón la lectura de hoy nos apunta hacia la esencia de las palabras de Jesucristo.
Dios está observando toda la infamia que se vive en el mundo, él, intenta abrirnos
los ojos de mil maneras. Él nos dice, yo soy el que saciará tu necesidad, “come
mi carne y bebe mi sangre”. Yo puedo rescatarte de tu soledad, yo puedo
sanar tus miedos, yo puedo llevarte a la felicidad, yo puedo darte la
estabilidad, yo puedo saciarte de vida.
Lamentablemente
hay mucha tiranía en algunas instituciones o regímenes que han perdido de vista
los derechos del pueblo, y no han querido ver al ser humano como un ser de amor
lleno de la esencia de Dios. Pero, a pesar de ello podemos cambiar la situación
de México, ¡Claro que si! Y precisamente lo podemos lograr con su esencia, su
vida dentro de nosotros, su amor que nos envuelve y eso cambia todo. Así es, la
esencia de Dios cambia la manera de pensar, la manera de actuar, la manera de
vivir.
Hermano
y hermana, yo te animo a que sigamos cambiando a México, pero partiendo desde
dentro de nuestro ser interior, allí en donde comiendo la carne de Cristo, podemos
cumplir el propósito de vivir una vida digna, y en donde bebiendo de su sangre,
podemos comenzar a vivir nuestra vida eterna a partir de hoy. Dios ya esta
dentro de nosotros, ya no tenemos que doblegarnos ante la tiranía de los
egoísmos, y que han preferido decir que Dios es ajeno a ellos por conveniencia.
Vive tu vida con fuerza. Dios ya vive en ti. Y nunca dejes de practicar de ver
a Dios en cada ser humano que te encuentres en tu camino, rico, pobre, con
educación, sin educación, mujer, hombre, de cualquier raza u orientación
sexual, porque todos llevamos a Dios dentro de nosotros, todos llevamos vida y
la vida solo viene de Dios.
Es
así que nuestra Santa Eucaristía toma aún mas sentido, pues nos damos cuenta de
que celebramos y compartimos juntos del mismo pan y del mismo vino, esos dos
elementos que representan la carne y la sangre de Cristo, y que cuando los tomamos
con fe y con una mente abierta, nuestra disposición y la entrega de Dios se
funden en un solo acto, llenándonos de la fuente única de vida, de bienestar,
de paz y de prosperidad.
Eso
es lo que el mundo necesita antes de las reformas o la estabilidad económica,
todo eso será importante y alcanzable, pero no debemos dejar de lado lo
esencial por atender lo urgente, y lo esencial es llenarnos de Dios, como lo
dijo Jesús, “El
Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el
que se alimenta de mí, vivirá por mí.” AMÉN.
Pbro.
Roberto Aguilar-Cedeño.
robertoaguilar.75@gmail.com
19 de agosto de 2012.
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