EXPULSA AL DEMONIO
Juan le dijo:
—Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y
tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.
Jesús contestó:
—No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre
podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.
San Marcos 9:38-40
Muchas cosas se han dicho a cerca de la
reforma laboral que el pasado sábado 29 de septiembre del 2012 fue aprobada en
la cámara de diputados, y ahora turnada a la cámara de senadores para darle
seguimiento. Y mientras algunos hablan muy bien de esta reforma, otros analistas
hacen duros comentarios a cerca de ella.
Esta reforma no entrará en vigor hasta que la
cámara de senadores la apruebe mediante una votación. Pero, suceda lo que
suceda durante los próximos días, será muy importante definir cuál será la
actitud que como cristianos deberemos tomar ante esta histórica reforma. Pues
esta reforma constitucional, básicamente dejaría desprotegidos a los trabajadores
asalariados, dejándoles únicamente lo mínimo en derechos. En contraste, esta
reforma otorgaría ventajas para los patrones, pues sería menos costoso
contratar y despedir, sin quedar obligados a dar prestaciones, antigüedad y en
consecuencia pensión a sus empleados. Difícil de creer, pero es algo que está
sucediendo en este momento histórico en nuestra nación. Será importante
entonces, conocer que es lo que nuestro Señor Jesucristo, nos enseña para esta
situación.
En tiempos de Jesús, todos creían en los
demonios. Creían que las enfermedades mentales y físicas eran causadas por la
presencia de un espíritu maligno. Y existía una manera muy común de
exorcizarlos, cuando alguien lograba pronunciar el nombre de un espíritu más
fuerte, se le podía mandar al espíritu impuro salir del cuerpo de la persona,
porque se suponía que ese espíritu no tenía más poder frente a un nombre más
poderoso que él. Este era el cuadro que se presenta en este pasaje, pues Juan
había presenciado que otras personas no conocidas por él y por el grupo de
Jesús, se encontraban realizando este tipo de exorcismos, utilizando el nombre
de Jesús.
Al escuchar Jesús el argumento de Juan,
responde de una manera inesperada. Juan seguramente tenía la esperanza de que
Jesús reprendería a aquellos que se atrevían a usar su nombre sin ser ellos
parte de su grupo. Pero ese era un pensamiento que no se identificaba con la
misión de Jesús. Así que, por el contrario, Jesús les dice, “No se lo prohíban, porque nadie que haga
un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí.” Y es entonces cuando Jesús establece su gran principio “El
que no está contra nosotros, está a nuestro favor.”
Mis
queridos hermanos y hermanas, es muy importante identificar, quién esta contra
nosotros y quién a nuestro favor. Esto es verdaderamente relevante para llevar a
nuestro aprendizaje, y a la práctica de nuestro estilo de vida. La segunda
carta de Juan, dice: “Me he alegrado mucho de encontrar a algunos
de los tuyos viviendo conforme a la verdad, como Dios el Padre nos ha mandado”
2 Juan 4. En aquellos tiempos como en los nuestros, no todos los que
participaban en la iglesia vivían de acuerdo a la verdad, como lo menciona Juan
en su segunda carta, pero él tenia una buena forma de identificar quién vivía
en la verdad y quién no, esa manera de identificarlo era a base de la
observación en la forma de vivir de aquellos que formaban la iglesia, así de
sencillo. No
se puede aceptar el amor de Dios, sin mostrar amor a las personas que Dios ama.
Por el hecho de que Dios nos ama es por lo que también nosotros debemos amar a
los demás, con el mismo amor que hemos recibido de Él. Si no hay amor para con
los demás, entonces no se puede vivir conforme a la verdad de Dios, todo se queda
únicamente en palabras.
La palabra demonio viene del griego daimon - δαίμων, que significa inspiración espiritual o pensamiento
creador. En la religión se le define como un ser sobrenatural, que no es humano
y se le identifica como algo malévolo. Es interesante saber también que según
la mitología griega los demonios eran seres humanos utilizados por los dioses
griegos para llevar las malas noticias al pueblo. Esto tiene relación con la
expresión “mensajeros del mal”. El termino demonio también se usa para indicar
aspectos malignos o miedos íntimos del ser humano que se externan a través de
la conducta que consiente o inconscientemente la persona ha provocado, ocasionando
que se haga daño a si misma y a otras personas, a esto se le conoce como
“demonios internos” del ser humano.
Podemos ver entonces, que Jesús en este
pasaje, está a favor de que todos, aun siendo
desconocidos para sus seguidores, ayuden a expulsar a los demonios que
atormentan a las personas. Jesús siempre exaltó el lado positivo de todos. Así
que, cuando nos ayudamos también a enaltecer nuestro lado positivo, nuestro ser
de luz, nuestras potencialidades, Jesús indudablemente nos respalda con su
apoyo. Expulsar a los demonios es expulsar a todo aquello que no nos deja
crecer como seres humanos, por eso tenemos que identificar a aquellos que están
a favor de la justicia y viven expulsando a los demonio de la injusticia. Aquellos
que practican la libertad de conciencia, están expulsando al demonio de la intolerancia,
aquellos que viven en el amor, están expulsando al demonio de la indiferencia,
aquellos que practican la ayuda al necesitado, están expulsando al demonio del
egoísmo y de la apatía, aquellos que hablan con la verdad, están expulsando al
demonio del engaño, aquellos que son honestos, están expulsando al demonio de
la deshonestidad, aquellos que viven una vida de respeto a todo ser humano,
están expulsando al demonio del odio y del miedo. Expulsar al demonio en
nuestras vidas y ayudar a expulsar el de nuestros hermanos y hermanas, nos hace
uno con Jesús. Tenemos que identificar quienes están expulsando a esos
demonios, para no despreciarlos por el hecho de no pertenecer a nuestras
instituciones, lo más importante es expulsar a todos esos demonios que de una u
otra manera les hemos dado nombres y formas, lo que Dios más anhela es que
nuestra luz disipe la oscuridad que existe en nuestro mundo.
Hoy es el día de expulsar los malos
pensamientos, las malas actitudes, los malos entendidos, los chismes, los
rencores, las heridas, las frustraciones, las experiencias dolorosas. Jesús aun
quiere expulsar a todos esos demonios y que juntos, podamos ayudarnos unos a
otros. Hermano y hermana, expulsa a tus demonios, luchando con verdad, justicia
y amor.
No nos angustiemos por la nueva reforma
laboral, es cierto, si se aprobara sin tener como prioridad el bienestar de todos
los mexicanos, sean patrones o empleados, sería un gran obstáculo para alcanzar
la verdadera democracia y la igualdad social, pero esto no sería imposible de
enfrentar. Porque nuestro objetivo como seguidores de Jesucristo, es el de
liberar al ser humano, incluyendo a aquellos que viven fuera de la verdad, y
que trabajan arduamente enfocando sus fuerzas y su creatividad únicamente dirigido
a la importancia de los bienes materiales y económicos, dejado con poco valor
la dignidad de las personas y de sus derechos humanos.
Así que, hermano y hermana, corramos hacia
Jesús como Juan lo hizo, pero no para pedirle que prohíba a otros trabajar en
su nombre, sino para regocijarnos de que hay otros más, que están dando sus
vidas para construir un México y un mundo mejor. Amén.
Pbro.
Roberto Aguilar-Cedeño.
30 de septiembre
del 2012
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