domingo, 30 de septiembre de 2012

EXPULSA AL DEMONIO



Juan le dijo:
—Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.
Jesús contestó:
—No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.
San Marcos 9:38-40

Muchas cosas se han dicho a cerca de la reforma laboral que el pasado sábado 29 de septiembre del 2012 fue aprobada en la cámara de diputados, y ahora turnada a la cámara de senadores para darle seguimiento. Y mientras algunos hablan muy bien de esta reforma, otros analistas hacen duros comentarios a cerca de ella.
Esta reforma no entrará en vigor hasta que la cámara de senadores la apruebe mediante una votación. Pero, suceda lo que suceda durante los próximos días, será muy importante definir cuál será la actitud que como cristianos deberemos tomar ante esta histórica reforma. Pues esta reforma constitucional, básicamente dejaría desprotegidos a los trabajadores asalariados, dejándoles únicamente lo mínimo en derechos. En contraste, esta reforma otorgaría ventajas para los patrones, pues sería menos costoso contratar y despedir, sin quedar obligados a dar prestaciones, antigüedad y en consecuencia pensión a sus empleados. Difícil de creer, pero es algo que está sucediendo en este momento histórico en nuestra nación. Será importante entonces, conocer que es lo que nuestro Señor Jesucristo, nos enseña para esta situación.   

En tiempos de Jesús, todos creían en los demonios. Creían que las enfermedades mentales y físicas eran causadas por la presencia de un espíritu maligno. Y existía una manera muy común de exorcizarlos, cuando alguien lograba pronunciar el nombre de un espíritu más fuerte, se le podía mandar al espíritu impuro salir del cuerpo de la persona, porque se suponía que ese espíritu no tenía más poder frente a un nombre más poderoso que él. Este era el cuadro que se presenta en este pasaje, pues Juan había presenciado que otras personas no conocidas por él y por el grupo de Jesús, se encontraban realizando este tipo de exorcismos, utilizando el nombre de Jesús.

Al escuchar Jesús el argumento de Juan, responde de una manera inesperada. Juan seguramente tenía la esperanza de que Jesús reprendería a aquellos que se atrevían a usar su nombre sin ser ellos parte de su grupo. Pero ese era un pensamiento que no se identificaba con la misión de Jesús. Así que, por el contrario, Jesús les dice, No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí.” Y es entonces cuando Jesús establece su gran principio “El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.”

Mis queridos hermanos y hermanas, es muy importante identificar, quién esta contra nosotros y quién a nuestro favor. Esto es verdaderamente relevante para llevar a nuestro aprendizaje, y a la práctica de nuestro estilo de vida. La segunda carta de Juan, dice: “Me he alegrado mucho de encontrar a algunos de los tuyos viviendo conforme a la verdad, como Dios el Padre nos ha mandado” 2 Juan 4. En aquellos tiempos como en los nuestros, no todos los que participaban en la iglesia vivían de acuerdo a la verdad, como lo menciona Juan en su segunda carta, pero él tenia una buena forma de identificar quién vivía en la verdad y quién no, esa manera de identificarlo era a base de la observación en la forma de vivir de aquellos que formaban la iglesia, así de sencillo. No se puede aceptar el amor de Dios, sin mostrar amor a las personas que Dios ama. Por el hecho de que Dios nos ama es por lo que también nosotros debemos amar a los demás, con el mismo amor que hemos recibido de Él. Si no hay amor para con los demás, entonces no se puede vivir conforme a la verdad de Dios, todo se queda únicamente en palabras.

La palabra demonio viene del griego daimon - δαίμων, que significa inspiración espiritual o pensamiento creador. En la religión se le define como un ser sobrenatural, que no es humano y se le identifica como algo malévolo. Es interesante saber también que según la mitología griega los demonios eran seres humanos utilizados por los dioses griegos para llevar las malas noticias al pueblo. Esto tiene relación con la expresión “mensajeros del mal”. El termino demonio también se usa para indicar aspectos malignos o miedos íntimos del ser humano que se externan a través de la conducta que consiente o inconscientemente la persona ha provocado, ocasionando que se haga daño a si misma y a otras personas, a esto se le conoce como “demonios internos” del ser humano.

Podemos ver entonces, que Jesús en este pasaje, está a favor de que todos, aun siendo  desconocidos para sus seguidores, ayuden a expulsar a los demonios que atormentan a las personas. Jesús siempre exaltó el lado positivo de todos. Así que, cuando nos ayudamos también a enaltecer nuestro lado positivo, nuestro ser de luz, nuestras potencialidades, Jesús indudablemente nos respalda con su apoyo. Expulsar a los demonios es expulsar a todo aquello que no nos deja crecer como seres humanos, por eso tenemos que identificar a aquellos que están a favor de la justicia y viven expulsando a los demonio de la injusticia. Aquellos que practican la libertad de conciencia, están expulsando al demonio de la intolerancia, aquellos que viven en el amor, están expulsando al demonio de la indiferencia, aquellos que practican la ayuda al necesitado, están expulsando al demonio del egoísmo y de la apatía, aquellos que hablan con la verdad, están expulsando al demonio del engaño, aquellos que son honestos, están expulsando al demonio de la deshonestidad, aquellos que viven una vida de respeto a todo ser humano, están expulsando al demonio del odio y del miedo. Expulsar al demonio en nuestras vidas y ayudar a expulsar el de nuestros hermanos y hermanas, nos hace uno con Jesús. Tenemos que identificar quienes están expulsando a esos demonios, para no despreciarlos por el hecho de no pertenecer a nuestras instituciones, lo más importante es expulsar a todos esos demonios que de una u otra manera les hemos dado nombres y formas, lo que Dios más anhela es que nuestra luz disipe la oscuridad que existe en nuestro mundo.
Hoy es el día de expulsar los malos pensamientos, las malas actitudes, los malos entendidos, los chismes, los rencores, las heridas, las frustraciones, las experiencias dolorosas. Jesús aun quiere expulsar a todos esos demonios y que juntos, podamos ayudarnos unos a otros. Hermano y hermana, expulsa a tus demonios, luchando con verdad, justicia y amor.
No nos angustiemos por la nueva reforma laboral, es cierto, si se aprobara sin tener como prioridad el bienestar de todos los mexicanos, sean patrones o empleados, sería un gran obstáculo para alcanzar la verdadera democracia y la igualdad social, pero esto no sería imposible de enfrentar. Porque nuestro objetivo como seguidores de Jesucristo, es el de liberar al ser humano, incluyendo a aquellos que viven fuera de la verdad, y que trabajan arduamente enfocando sus fuerzas y su creatividad únicamente dirigido a la importancia de los bienes materiales y económicos, dejado con poco valor la dignidad de las personas y de sus derechos humanos.
Así que, hermano y hermana, corramos hacia Jesús como Juan lo hizo, pero no para pedirle que prohíba a otros trabajar en su nombre, sino para regocijarnos de que hay otros más, que están dando sus vidas para construir un México y un mundo mejor.  Amén.

Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.
30 de septiembre del 2012

No hay comentarios.:

Publicar un comentario