MÉXICO NECESITA DE TU DECISIÓN
“Al oír estas enseñanzas, muchos
de los que seguían a Jesús dijeron:
—Esto que dice es muy difícil de
aceptar; ¿quién puede hacerle caso? [...] Simón Pedro le contestó:
—Señor, ¿a quién podemos ir? Tus
palabras son palabras de vida eterna. Nosotros ya hemos creído, y
sabemos que tú eres el Santo de Dios.”
San
Juan 6:60,68
“A veces es conveniente alejarse del torbellino de los acontecimientos
para adquirir una perspectiva más amplia. Pudiéramos pensar que estos meses son
una transición entre un gobierno y otro, pero si examinamos las cosas con más
cuidado veremos que en realidad se trata de la misma época. Una larga época de
30 años en la que el país ha vivido una crisis profunda con varios momentos de
agravamiento y un tono general de descomposición. Esta época de decadencia se
ha caracterizado en el área económica por la desaceleración del proceso de
crecimiento, altos índices de desempleo, reducción del poder adquisitivo de los
trabajadores, emigración masiva de la mano de obra, etcétera…” El
despertar. Por: José Agustín Ortiz Pinchetti: La Jornada, 26 de agosto 2012.
En este siglo XXI se han
incrementando considerablemente los medios de comunicación, sobre todo el Internet.
Las noticias viajan en cuestión de minutos, nos enteramos de los sucesos más
relevantes en un instante, todo el mundo puede enterarse al mismo tiempo de lo
que pasa en en el punto mas lejano del planeta, el Internet ha revolucionado la
comunicación de nuestro tiempo. En cambio la televisión poco a poco va pasando
a un lugar menos recurrente en cuestión de información, además de que la noticia
en televisión puede ser fácilmente manipulada. Pero el Internet nos da la
oportunidad de ver y escuchar diferentes puntos de vista entorno a una noticia,
dejando al público en general hacer un juicio personal. De esa manera se puede
tener una idea más clara de la realidad que sucede en el mundo y en nuestro
país.
En estos últimos meses, las
noticias nos han hablado de palabras como democracia, neo-liberalismo,
dictadura, política, fraude, elecciones, atentado, crisis, solo por mencionar
algunas. Y nos enfrentamos a que algunos medios de comunicación distorsionan y
ocultan la información, obedeciendo a sus propios intereses. Sucede en España, en
Chile, Estados Unidos, Europa, pero también aquí en nuestro país, México. Todas
esas noticias que nos llegan constantemente, nos van creando inquietud por el
futuro, por la estabilidad económica y social. La sociedad vive buscando un
buen futuro, necesitamos bienestar para nosotros y para nuestros hijos, pero
cada vez las instituciones y los gobiernos no nos proporcionan esa tranquilidad
que México necesita. En lugar de sentirnos tranquilos en nuestra propia tierra,
comenzamos a sentirnos como empujados hacia la orilla de un precipicio. Pero es
aquí en donde surge nuestra capacidad de buscar, de estar atentos, de cuidarnos
unos a otros, de procurar el bienestar y la prosperidad social.
El ser humano no está hecho
para retroceder, para esconderse o para obedecer sin razonar, al contrario,
porque decimos y creemos que somos hijos de Dios, debemos vivir con dignidad y
grandeza, los hijos e hijas de Dios crean, defienden, luchan, prosperan, porque
el hijo y la hija de Dios son los dueños y señores de este planeta y de lo que en él
existe, Dios nos ha dejado a cargo de la creación, para ser buenos mayordomos y
no ser esclavos o siervos de nadie.
En el evangelio de hoy, San
Juan 6:60-69, Jesús se enfrenta al rechazo de un grupo de seguidores suyos, lo
estaban rechazando porque no estaban dispuestos a aceptar la forma de vida que
él les estaba enseñando. Ellos se habían acostumbrados a recibir de Jesús todo,
sanidad, comida, palabras de paz y aliento, consejos, pero no estaban
dispuestos a dar ni un pedazo del pan que Jesús les había regalado. Jesús nunca
rechazó a nadie, así como Dios nunca rechaza a nadie, pero como aquellos que le
dieron la espalda a Jesús, somos nosotros los que en ocasiones le decimos lo
mismo a Dios con nuestras actitudes, no quiero nada contigo, no estoy dispuesto
a decir la verdad a tus hijos, no estoy dispuesto a compartir prosperidad con
tus hijos, no estoy dispuesto a repartir entre mis paisanos lo que a ellos les
pertenece, porque todo lo quiero solo para mí y para los míos. Esa fue la
actitud de aquel grupo de personas que le dieron la espalda a Jesús y a Dios.
Buscar todo aquello que
necesitamos no es malo, al contrario, nos ayuda a tomar mejores decisiones, y
Jesús, el buen maestro, nos lleva a la reflexión de una búsqueda más interna,
la verdad que esta dentro de cada ser humano, en el ser interior. En la época
de Jesús había una situación parecida a la que hoy estamos viviendo en nuestro
México, opresión, esclavitud, fraude, agonía por los salarios bajos, injusticia
de las autoridades, en fin, muy parecido a nuestra situación actual. Pero vemos
al maestro mostrarnos un camino, sobre todo un camino que nos lleva a despertar
nuestras conciencias, para calmar la guerra interna y traer la paz, nos enseña
a que tomemos un respiro, y que podamos
encontrar la tranquilidad que nos lleva a la fe.
Jesús no podía solucionar todo
lo que estaba pasando en aquella época, como tampoco Dios puede hacer algo
instantáneo por la situación actual si
le damos la espalda como aquellos que lo hicieron con Jesús. Pero Jesús los
llevaba a que observaran las situaciones y que vieran todo desde otro ángulo, para
que con serenidad y calma se abrieran el paso a encontrar los cambios que
necesitaba su sociedad. Mucha gente lo seguía, porque buscaban que él
resolviera todo sus conflictos, buscaban repuestas, buscaban soluciones
precisas y rápidas. La desesperación se reflejaba en cada rostro y si Jesús no
cumplía con sus expectativas, entonces preferían darse la vuelta e irse.
No era que Jesús estuviera
ajeno a lo que acontecía, él sabía perfectamente de toda la injusticia del
gobierno, él sabía de la hipocresía inclusive de su misma religión judía, los
sacerdotes que tenían la obligación de ver por el pueblo como hijos, eran los primeros
que los sometían a las famosas “leyes”. Solo para seguir viviendo de sus
ofrendas e impuestos, acrecentando su ego y su arrogancia. Ni el gobierno, ni
la iglesia le daban al pueblo seguridad, solo era tiranía y mucha injusticia.
Jesús sabía perfectamente todo esto y mucho más. Pero su mensaje no podía
enfocarse en eso. Jesús llevaba a sus seguidores a que vieran el reino de Dios,
partiendo de su ser interior, allí estaba el oasis que ellos necesitaban, ese lugar
quería mostrarles Jesús, en donde lo exterior por muy crudo que fuera no podía
afectar lo interno. De esa forma Jesús podía llevarlos a la libertad y la prosperidad.
Entonces vemos como la
exposición del mensaje de Jesús causaba reacción. Y en esa ocasión tubo que voltear hacia sus discípulos más
cercanos y preguntarles a ellos, ¿También ustedes quieren irse? Y en
la respuesta de Pedro se ven reflejados todos aquellos quienes optaron por la
otra opción, “Señor,
¿a quién podemos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros
ya hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.”
Jesús solo puede ofrecerte un
camino, el camino de la libertad de tu ser, el de la esperanza de la vida
eterna, solo puede darte la unión con Dios, su Padre, y llevarte al éxtasis de sentirte unido con todo el universo. Soló
eso puede ofrecerte. Algunos le dijeron no lo entendemos y no lo aceptamos, y
se retiraron. Pero otros estuvieron dispuestos a esforzarse por entender y
aceptar.
Querido hermano y hermana, la
situación actual es muy cruda para muchos de nosotros, es muy frágil, es muy injusta,
es muy difícil. Pero Jesús nos vuelve a decir
de nuevo, solo puedo ofrecerte tu libertad. Y es allí en donde comienza todo.
Haz estado por mucho tiempo buscando, ahora tienes dos caminos, bajar la cabeza
y decirle a Jesús, esto no es lo que busco, o decirle “¿A quien iré? si solo tu tienes
palabras de vida eterna”.
Cuando nos unimos con Cristo, él
nos libera y podemos vencer cualquier obstáculo que sobrevenga en nuestra vida.
Podemos pelear contra la tiranía, contra la injusticia, contra la mentira,
contra la represión, contra el abuso que se hace a nuestros hermanos más
vulnerables. Es importante y necesario seguir luchando por todo ello, y por esa
razón te animo a continuar buscando la libertad de tu ser interior. Jesús nos
ofrece una vida eterna donde el amor, la justicia, el respeto, la honestidad,
sean una realidad en nuestras vidas. Somos libres para tomar cualquier
decisión, cualquiera que fuere, Dios jamás te abandona, porque esta dentro de
ti. No estas solo, Dios está siempre contigo y él te bendice constantemente.
Continúa ayudándote a encontrar la verdad
y ayudando a otros para que también la encuentren.
Recuerda que esa verdad está dentro
de ti, la que te provee de la paz y la armonía, cuando le dices a Dios, ¿A
quien iré? Si solo tu tienes palabras de
vida eterna”. Amén.
Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.
robertoaguilar.75@gmail.com
26 de agosto del 2012.