domingo, 28 de octubre de 2012


VENCER EL MIEDO PARA TRIUNFAR 



“El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
— ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
—Maestro, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
—Puedes irte; por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.”
San Marcos 10:50-52


“El proyecto neoliberal es irrealizable, manifiesta Eduardo Galeano a la Jornada
Necesitamos a los indignados; estamos hartos de los indignos
Los movimientos enarbolados por los jóvenes son lecciones de dignidad contra el miedo, dice:
La verdad es que quizá la mejor noticia que el mundo nos ha dado en los años recientes, de lejos la mejor noticia, es la aparición del movimiento de los indignados que es básicamente juvenil –aunque hay indignados de todas las edades, por suerte-, pero es sobre todo de jóvenes y ocurre justo cuando parecía casi unánime la certeza de que a ellos no les importaba nada la política, que cada quién se miraba su ombligo en éxtasis y no les interesaba nada lo que ocurría con los demás. Demostraron que todo eso era falso, en México y en todas partes.” Periódico la Jornada, viernes 26 de octubre del 2012.

Se dice, que lo que mas define la vida adulta son las decisiones en la juventud. La juventud actual ha dado un giro extravagante. Los medios de comunicación, la información excesiva del internet, la tecnología, la educación en casa, la forma de trabajar en las escuelas, todo esto ha dado un giro de 180 grados. El joven de hoy ya no se le puede engañar tan fácilmente como en tiempos anteriores. Ahora el joven quiere ver la realidad, en donde la verdad, la justicia, la libertad, sean realidad en boca de los líderes que manejan la nación, los estados, las instituciones, etc. El joven de hoy ya no se queda solo con las palabras o promesas, ahora exige hechos, exige verdad, exige libertad autentica, y poco a poco lo está consiguiendo al expresarlo constantemente. Sus gritos retumban en sus actitudes, sus gritos se expresan en sus gestos, sus gritos son escuchados solamente por aquellos que quieren escuchar. Los jóvenes de hoy contagian vida en los niños, en las mujeres, en los hombres y en los ancianos. Si escuchamos con atención sus consignas, el mundo entero podría dar también un giro de 180 grados.
Los jóvenes que están gritando, tienen un propósito para hacerlo, y tienen objetivos bien definidos. Esos gritos de la juventud crean movimientos que están sacudiendo al mundo, y no les ha importado dejar su comodidad para salir a las calles a gritar consignas y exponer discursos. La Alumna de la Escuela Nacional de Trabajo Social, Ana Paulina, dijo: “Yo estoy aquí porque creo en el cambio en México, porque creo que la organización y la unión es la única solución a los varios problemas aquí y en el mundo”

Ahora, veamos que nos dice al respecto la porción del evangelio de este domingo, San Marcos 10:46-52. Cuando Jesús iba pasando por el caminando rumbo a Jerusalén, para celebrar la fiesta de la  pascua, todo parecía normal, mucha gente, mucho ruido, muchos seguidores. Pero de repente se empezó a escuchar una voz que gritaba “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Se trataba de un hombre ciego que había escuchado que el Jesús que pasaba por allí, era el que sanaba y que hacia muchos milagros. Cuando lo escucharon gritar la gente le decía, ¡cállate!, ¡guarda silencio!, ¡no molestes!, ¡no digas nada!, ¡no hables!, ¡así estas bien!, ¡ya deberías estar acostumbrado a estar ciego!, ¡para que te esfuerzas!, ¡ahí quédate!, ¡ahí es tu lugar!, ¡tu no te metas en esto!. El ciego tenía que tomar una de dos decisiones, o escuchar y obedecer aquellas voces que le hablaban, o tomar la oportunidad de su vida venciendo el miedo que le provocaba todas esas voces que lo acosaban. Entonces tomo la decisión correcta y empezó a gritar con toda su alma, ¡JESÚS, HIJO DE DAVID! ¡JESÚS, HIJO DE DAVID! ¡Ten compasión de mí!
Ese hombre se puso una meta, y mientras sus miedos le gritaban ¡cállate!, él gritó con el alma, gritó en su desesperación usando su última carta. Se enfrentó a la crítica, a los comentarios, a los malos entendidos, a las suposiciones, a todo tipo de miedo que en ese momento quisieron bloquear su sueño, su meta, su destino y su objetivo final. Logró que Jesús se detuviera, logró que el maestro se detuviera y volteara a verlo, desafío todos lo miedos y logró que el rostro de Jesús le viera.
Jesús lo llamó y le dijo ¿Qué quieres que haga por ti? Ya no estaban más esas voces, ya no estaban más esos miedos, solo él y Dios. Lo único que quería era ver, mirar con sus propios ojos, tenía un solo sueño, una ilusión y toda su esperanza estaba en la figura de Jesús, la verdad viva, la justicia autentica, el amor incondicional, la paz que excede todo entendimiento, y puso su fe en el hijo de Dios, su objetivo se había alcanzado.
Bartimeo gritó, abrió su boca, y fue escuchado. Cuando Jesús le preguntó ¿Qué quieres que haga por ti?, él respondió que solo quería ver. Bartimeo tenía bien claro lo que quería y necesitaba. Jesús al ver y sentir esa fe tan grande en aquel hombre, lo único que pudo decir fue, “por todo lo que haz hecho, por tu fuerza, tu valor, tu astucia, tu coraje, por todo eso en lo que se ha manifestado tu FE,  ahora has sido sanado”. 
Jesús pasó por aquél lugar, pero Bartimeo, él hombre ciego, tuvo que poner todo de su parte, tuvo que enfrentarse a todo el gentío que le obstruía el paso, a todas las voces negativas que le impedían avanzar para poder creer en él mismo. Su fe lo hizo gritar y su fe realizó el milagro. Ya no permanecería mas en la oscuridad de su ceguera, ya no dejaría pasar un día más viviendo bajo la manipulación de las voces que le impedían crecer como un ser de luz, como un ser supremo y único.

Los jóvenes de hoy nos están enseñando algo parecido a lo que hizo Bartimeo, alzar la voz, gritar con el alma, conquistar los sueños, alcanzar las metas, y cumplir objetivos que no hemos podido obtener por que se nos ha mantenido ciegos por mucho tiempo. Dios está pasando todo el tiempo a nuestro lado, solo necesitamos gritarle con nuestro ser interior, necesitamos gritarle con la honestidad de nuestras acciones, necesitamos gritarle con la verdad de nuestras palabras, necesitamos gritarle con la justicia de nuestras decisiones, necesitamos gritarle con el respeto a nuestro prójimo, la decisión es tuya, tu y yo somos los Bartimeos de hoy en día.

Querido hermano y hermana, Bartimeo solo hizo una cosa, venció su miedo, la mayoría de los jóvenes están venciendo sus miedos, si enfrentamos nuestros miedos y luchamos para tener una vida más digna, sana, llena de paz, llena de amor, nuestra fe habrá logrado su objetivo.
Después de que Jesús sanó a Bartimeo, él decidió seguir el camino, la verdad y la vida, representada en Jesucristo. No te des por vencido, la ceguera de Bartimeo no fue un pretexto para no poder alzar la voz y luchar por su más profundo deseo.
Que nada te impida gritar con el alma, que nada te impida luchar por tu mayor deseo. Dios te ama y te ha dado la fuerza para que logres vencer todos esos miedos y logres tu propósito en la vida.
Hermano y hermana, hay que reconocer que todos esos millones de jóvenes que se están movilizando en el mundo han tenido que vencer el miedo para poder realizar lo que están logrando. Y es precisamente el miedo lo que todo hijo e hija de Dios necesita vencer para no perder de vista a su Señor Jesucristo. Recuerda, vencer los miedos solo nos puede llevar a triunfar en nuestra vida. Amén.

Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.
28 de octubre del 2012.       

domingo, 21 de octubre de 2012


SIENDO AUTENTICO TRANSFORMO EL MUNDO



Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte. Él les preguntó: ¿Qué quieren que haga por ustedes? Le dijeron: Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les contestó: Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir? Ellos contestaron: Podemos.
Jesús les dijo: Ustedes beberán este trago amargo, y recibirán el bautismo que yo voy a recibir; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que les será dado a aquellos para quienes está preparado. San Marcos 10:35-40

“La Ilustración fue una época histórica y un movimiento cultural e intelectual europeo –especialmente en Francia e Inglaterra–que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época.” http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustraci%C3%B3n

El ser humano siempre ha buscado la manera de transformar el mundo, mejorar el entorno que le rodea, tener una mejor economía, una mejor vida política, social y una buena relación con Dios. Las aspiraciones por tener un mundo mejor siempre han existido y jamás dejaran de existir. La época de la Ilustración o de la razón, como es conocida también, trajo muchos cambios al mundo, de los cuales hasta el día de hoy podemos seguir siendo beneficiados. Pero, ¿Cómo podremos continuar  impulsando nuevos cambios que sigan mejorando nuestra relación humana y la que llevamos con nuestro entorno? Hermano y hermana, ¿Tú que crees? ¿Tendrá alguna relación la persona que busca crear un mundo mejor, con la persona que sigue el mensaje de Jesucristo?
  
La porción del Evangelio de este domingo, San Marcos 10:35-45, nos ayuda a comprender mejor nuestro papel en la búsqueda de un mundo mejor. Esto  nos revela que cuando somos auténticos, vencemos miedos, quitamos hipocresías y todo aquello que nace de un sentimiento negativo o egoísta, nos prepara para ser nosotros mismos quienes  transformamos el mundo.
Esto lo aprendemos a través de la vida de Santiago y de Juan. Al acercarse ellos a Jesús, y pedirle que les hiciera el favor de ponerlos uno a su derecha y otro a su izquierda cuando él estuviera en su reino, actuaban según sus propios pensamientos, principios y educación. Tenemos entonces, mucho que aprender de estos dos discípulos de Jesús, pero necesitamos darnos cuenta quienes eran, y porqué dijeron lo que dijeron.
En primer lugar, Santiago y Juan eran parientes de Jesús. También poseían una buena posición, por lo menos mejor que el resto de los discípulos, dice el evangelio En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús.” San Marcos 1:20. Esto nos podría demostrar que Santiago y Juan creían ser superiores a los demás por su posición social y familiar, algunos estudiosos de la biblia han dicho que se puede ver aquí la ambición de ambos, pues era importante para ellos ocupar los mejores puestos en el mundo terrenal.
Otra cosa que pasaba con Santiago y Juan, era que no habían entendido a Jesús, a pesar de sus enseñanzas, de su estilo de vida, o de su trato con las personas. Santiago y Juan no estaban comprendiendo bien cuál era el destino del mesías, ellos seguían idealizándolo como gobernante terrenal.
Pero aquí viene lo más importante en la vida de esos dos hombres. Ellos no eran perfectos, tenían sus propios “defectos”, aunque más que defectos, simplemente actuaron siendo auténticos, esas eran sus personalidades y no lo trataban de ocultar. Eso no era obstáculo para que Santiago y Juan creyeran profundamente en Jesús, pues confiaban fielmente en su triunfo final. Estos dos discípulos nunca dudaron de su maestro, aunque fuera poco aceptado por los líderes religiosos más estrictos de su época, y aunque fuera discriminado por quienes le criticaban ser el hijo de un simple carpintero, a pesar de esto, Santiago y Juan le siguieron, creyeron en él y aún le fueron fieles después de su muerte y resurrección.
Cuando Jesús les advirtió lo que tendrían que soportar si querían seguirle, estuvieron dispuestos, ¿Pueden beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir? Ellos contestaron: Podemos.” Jesús usó aquí dos metáforas hebreas. En los banquetes reales el rey pasaba la copa a sus huéspedes. Esta metáfora simbolizaba la vida y experiencia que Dios comunicaba a los hombres. “mi copa está rebosando” Salmo 23:5, esto refería la felicidad de Dios. La copa que Jesús estaba ofreciéndoles era amarga. Y la otra metáfora no se refería al bautismo en agua que Jesús había tenido, la palabra que utilizó aquí Jesús fue (bebaptismenos) que significa sumergido o inmerso, y que viene de la palabra griega βαπτιζειν (babtizein) que en castellano es sumergir. Jesús estaba hablando de la experiencia en la que estaría sumergido o inmerso, refiriéndose a lo que padecería en cuanto volviera a Jerusalén y se enfrentara al desprecio y a la muerte. Santiago y Juan fueron dos hombres comunes que estuvieron dispuestos a aceptar esto que Jesús les advertía.
Santiago y Juan fueron honestos al atreverse a hacerle la petición a su maestro con sinceridad y sin rodeos, se atrevieron a cuestionar, se atrevieron a hablar y a expresar sus inquietudes, y además estaban preparados para cualquier respuesta.
La iniciativa de Santiago y Juan se dio también por el excelente liderazgo que Jesús desempeñaba, ellos sentían confianza, respeto e interés de parte de Jesús, sabían que contaban con Él, porque no solo era su maestro, sino también su amigo y compañero. Jesús era la persona que siempre estaba dispuesta a escuchar comentarios, fuera lo que fuera. Si Jesús hubiese juzgado sus vidas, sus errores o sus preguntas, ellos difícilmente se hubieran atrevido a pedirle los mejores lugares en su reino. Podemos ver aquí, que Jesús en ningún momento intentó controlar sus pensamientos, o limitarles lo que debían o no hablar.   
Gracias a esa autenticidad en la iniciativa de Santiago y Juan, nosotros en la actualidad aprendemos de la actitud de Jesús ante esta petición, notamos un gran respeto hacia todos sus seguidores.
Hermano y hermana, aunque en ocasiones creas que tus peticiones, preguntas o cuestionamientos son irreverentes o blasfemos hacia Dios, puedes estar seguro y segura de que no es así.
Ser autentico es algo que nos ayuda a crecer, es importante vencer los miedos y cuestionar, enfrentar dudas, deseos o anhelos. Amigo y amiga, procura expresar tus sentimientos, busca los momentos adecuados para acércate a tu sacerdote, tu guía espiritual, tu pastor, tus maestros, tu amigo más fiel, y pregunta sin temor, cuestiona todo aquello que inclusive por años te ha estado dando vueltas en tu mente y no has hallado respuesta. Nosotros, como Sacerdotes, consejeros o pastores, siguiendo el ejemplo de Jesús, estamos a la espera de tus preguntas, dudas, deseos, peticiones, aunque eso no quiere decir que tendremos todas las respuestas, pero podemos ser tus acompañantes en la búsqueda de ellas, y sobre todo a escucharte sin juzgar.
Expresándote, es la única manera en que se obtienen las respuestas. Sin temor  pregunta e investiga, y conocerás los resultados que te conducen al verdadero cambio.
Santiago y Juan son un gran ejemplo, ellos hicieron su petición y obtuvieron su respuesta, se hicieron más fuertes y más fieles a Dios. Todo está en ti, tú eres importante para Jesús y él siempre va escuchar cualquier petición que le quieras hacer.
Hermana y hermano, en este sencillo dialogo entre Jesús, Santiago y Juan, aprendemos que siendo auténticos, es posible que podamos aspirar a contribuir en la transformación de nuestro mundo. Pues Santiago y Juan fueron dos hombres que continuaron viviendo la enseñanza de Jesús, nunca se dejaron vencer por la adversidad y hasta el ultimo momento de sus vidas siguieron creyendo en el mensaje de salvación de su Señor, Maestro y Amigo, Jesucristo.
Así como en la época de la Ilustración del siglo XVIII, hubo hombres y mujeres comunes y corrientes que ocasionaron grandes cambios mejorando nuestro mundo, y como en los tiempos de Jesús. Hoy es posible que hombres y mujeres honestos, siguán transformado el mundo actual para hacerlo cada día mejor. Nunca olvides que siendo auténticos podemos transformar el mundo. Amén.

Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.

21 de octubre del 2012.

domingo, 14 de octubre de 2012

SOLO UNA COSA TE FALTA




El hombre le dijo:
—Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.
Jesús lo miró con cariño, y le contestó:
—Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
El hombre se afligió al oír esto; y se fue triste, porque era muy rico.
San Marcos 10:20-22

 En nuestro mundo cada día más globalizado, tenemos a nuestro alcance infinidad de estadísticas, investigaciones y estudios. Estos nos muestran la realidad que padece el mundo de hoy, una realidad que todos los seres humanos hemos construido y de la cuál hoy formamos parte.
Un estudio realizado por la Universidad de California en Berkeley, fue publicado en la revista Social Psychological and Personality Science en su edición en línea en julio de este año 2012, este estudio sugiere que los religiosos son mucho menos motivados por la compasión al ayudar a un extraño que los ateos, agnósticos y personas menos religiosas.
En tres experimentos, los científicos sociales descubrieron que la compasión siempre llevó a las personas menos religiosas a ser más generosos. Para las personas muy religiosas, sin embargo, existía gran compasión, pero sin relación con lo generoso que eran.
La plenitud del ser humano se construye más allá de nuestros nombres y apellidos, más allá de nuestros títulos o puestos y más allá de nuestras religiones o creencias. No todo lo que somos, poseemos o creemos determina nuestra plenitud como humanos o como cristianos.
Hoy es momento de cuestionarnos a nosotros mismos. Hermano y hermana, ¿Hay algo más que te falte para alcanzar tu plenitud? ¿Cómo anda tu generosidad en relación a tu compasión por los demás?

Cuando el joven rico se acercó a Jesús, fue impulsado precisamente por la búsqueda de esa plenitud, y a pesar de que él gozaba de una buena posición económica y social, necesitaba de algo más. Era obvio que ese joven sentía una gran admiración por Jesús, aunque existían grandes diferencias entre ellos, pues a Jesús se le podía considerar como un Maestro económicamente pobre, mientras que ese joven era alguien económicamente rico. Aun así al joven no le importó esa diferencia para acercarse a Jesús.
La porción del evangelio de este domingo, San Marcos 10:17-27, nos narra los detalles de este encuentro, en donde el joven mencionado corre y se postra a los pies de Jesús. Aquello que los discípulos de Jesús estaban presenciando era sorprendente, estaban viendo a un joven aristócrata postrado, es decir en posición de reverencia total con la frente en el piso delante de un maestro tan sencillo como Jesús. Esto sorprendió tanto a los presentes, que fue un suceso que quedó registrado en nuestros evangelios de Mateo, Marcos y Lucas y en la actualidad sigue siendo un pasaje bien conocido por muchos.
Entonces el joven, impulsado por conseguir una respuesta de parte de Jesús, le preguntó, “¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”, Jesús le respondió citándole los mandamientos, “No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie ni engañes; honra a tu padre y a tu madre.”, “Maestro todo eso lo he cumplido desde joven” le respondió. El joven rico cumplía con todos los requisitos para ser un excelente judío, cumplía los mandamientos, las leyes, los ritos, iba a la sinagoga hacer oración, hacia todo lo que un buen religioso judío tenía que hacer. Pero le faltaba una cosa… En nuestra actualidad hay muchos que son muy devotos a sus religiones, cumplen con todos los requisitos que su iglesia, grupo o institución les pide que cumplan, hacen oraciones, se reúnen, estudian, etc. Todo parece ser bueno, pero analicemos las palabras de Jesús. Jesús sabía que este joven cumplía con todos los requisitos, ya que en esa época era muy importante dar a  notar lo religioso que se era; se oraba públicamente, se daba limosna a la vista de todos, o se tenía un lenguaje religioso que les identificaba. Era en eso en lo que se había convertido el ser un buen judío, un buen hijo de Abraham, un fiel cumplidor de las leyes de Moisés, ese estilo de vida religioso era lo que les daba mucho prestigio y estatus, se daba mucho sobre todo en la clase alta. Jesús miró con compasión a este joven porque pudo ver en él, el esfuerzo que hacia para alcanzar esa posición.
La respuesta del joven rico fue, “todo eso lo he cumplido”, realmente le estaba diciendo a Jesús, “yo soy bueno, yo nunca he hecho daño a nadie, yo cumplo con todo lo que la religión me pide, ¿A caso hay algo mas que deba yo hacer? No lo creo.
Pero veamos aquí, el joven rico estaba seguro de ser un hombre respetable, y lo era, y Jesús lo reconocía, pero eso no era todo, era un hombre respetable, un buen religioso, una buena persona. Y es aquí en donde viene la enseñanza de Jesús. Para Jesús, la vida no se trata de ser únicamente respetable, de ser decente, de ser bueno. No se trataba de cumplir con la ley, cumplir con la religión, cumplir con la cultura, cumplir con la familia, no. Jesús iba más allá de todo eso, porque la respetabilidad moral del ser humano solo se basa en cumplir reglas, y en el caso del joven rico, solo estaba cumpliendo con los “no”, no mates, no cometas adulterio, no robes, etc. Nosotros, al igual que el joven rico, bien podríamos decir, yo he cumplido los mandamientos, yo he cumplido con lo que me pide mi grupo religioso, yo he cumplido con hacer lo que me tocaba hacer, eso me hace ser un buen cristiano o cristiana. Ese es el engaño en el que había caído el joven rico, y en el cuál es fácil que sigamos cayendo actualmente.
Entonces, la respuesta de Jesús fue un reto para el joven; Jesús lo invitó a liberarse de esa respetabilidad moral, a liberarse de ese pensamiento de sentirse bueno por abstenerse de hacer cosas negativas. Haz cumplido con los “no” le dijo Jesús, pero, ¿y ahora? ¿Cómo piensas comenzar a trabajar con los “si”?. “Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres”, Jesús lo invitó a entregarse a si mismo con todo lo que él era, eso le faltaba hacer al joven rico, ese era el “si” en el que tenía que trabajar para poder seguir a Jesús, eso era lo que lo sacaría del simple cumplimiento de una vida buena y respetable, y que no lo había podido llevar a sentir la fuerza y vitalidad del dar, del compartir, del ser bondadoso, para poder convertirse en un verdadero seguidor de Jesús. ¿Pero porqué?, ¿Porque tenía que hacer eso? Porque tenía que mirar hacia fuera de él mismo, tenia que darse cuenta de que en el mundo no solo habitaba él, porque tenia que darse cuenta de que Dios estaba presente en todos lados a su alrededor, tenia que darse cuenta que sus posesiones no eran todo en la vida, tenía que darse cuenta de que él tenia cosas en su propia vida con las que podía hacer bien a su prójimo, tenia que darse cuenta que él tenia la capacidad de ayudar al necesitado, tenía que darse cuenta que podía ver en su prójimo a su propio hermano. Dios y su prójimo no se encontraban en las leyes, en las reglas, en los ritos, en los sacrificios, sino en la acción de la bondad.
Hermana y hermano, el joven rico cumplía con su religión y eso lo convertía en un buen religioso, era una buena persona. Para Jesús, el ser un cristiano el día de hoy, no significa lo mismo que ser una persona religiosa y cumplidora de los “no”, el ser cristiano se mide por el “que estás haciendo tú, por los demás” ese es el estilo de vida del “si”, esa es la verdadera esencia del cristianismo, con la cuál se alcanza la plenitud humana y en la cuál podemos dignamente seguir el camino que nos conduce a Jesús.
SOLO UNA COSA TE FALTA… Amén.


Revdo. Roberto Aguilar-Cedeño.

14 de octubre del 2012.

sábado, 6 de octubre de 2012

YA NO SOMOS DOS, SINO UNO SOLO




“Algunos fariseos se acercaron a Jesús y, para tenderle una trampa, le preguntaron si al esposo le está permitido divorciarse de su esposa. Él les contestó:
— ¿Qué les mandó a ustedes Moisés?
Dijeron:
—Moisés permitió divorciarse de la esposa dándole un certificado de divorcio.
Entonces Jesús les dijo:
—Moisés les dio ese mandato por lo tercos que son ustedes. Pero en el principio de la creación, “Dios los creó hombre y mujer.” San Marcos 10:2-6

La noción de patriarcado hace referencia a las estructuras institucionales e ideologías que mantienen y fundan la dominación sobre las mujeres y la desvalorización de lo femenino en cada cultura y sociedad. Entre las instituciones que contribuyen a mantener este dominio están: la familia patriarcal, la maternidad forzada, la heterosexualidad obligatoria.
Estas situaciones parecen ir cambiando, pero según cada contexto histórico, político y económico, se renuevan y reaparecen nuevos sistemas de dominio y opresión. Esta forma de (des)organización de las sociedades nos lleva a considerar que, con diversos matices, nuestros países son patriarcales en sus estructuras, instituciones, imaginarios y modos de relación. En ese contexto se produce la socialización patriarcal, por medio de la cual niños y niñas desde pequeños van aprendiendo-interiorizando lo que se espera de los hombres y de las mujeres. De alguna manera, todos estos elementos se articulan en una lógica de género cuya expresión más extrema es el sexismo.                                                Fuente: Fondo de Población de la Naciones Unidas.

La violencia contra la mujer ha sido una realidad desde tiempos ancestrales, pero también sigue siendo una realidad actualmente. El pasado 5 de octubre del 2012, “El presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, José Manuel Castelao, ha provocado una enorme polémica en España tras haber declarado que "las leyes son como las mujeres, son para violarlas".” http://bit.ly/SE3SUg
Es penoso y lamentable que siga existiendo en nuestros días un pensamiento como ese, que solo refleja una grabe distorsión en la relación hombre-mujer.
Ahora bien, nos corresponderá a nosotros como seguidores del mensaje de Jesucristo, analizar nuestras propias acciones, para poder cambiar en nuestros pensamientos lo que debamos cambiar al respecto de este tema. Y propiciar de esa manera, una mejor relación entre el hombre y la mujer. Pero, ¿cómo saber lo que Dios ha deseado para tal relación? ¿Crees que Jesucristo habló algo al respecto?   

Veamos, en la porción del evangelio para este domingo, San Marcos 10:2-9, Jesús se enfrenta nuevamente al juicio de los representantes religiosos de su época. Y podemos estar seguros de que Jesús no podía dar una respuesta sencilla, ante una pregunta tan polémica. Ya que en esos días el rey Herodes se había divorciado y vuelto a casar, así que Jesús debía responder de manera que no provocara la ira de sus adversarios. Pero no por ello Jesús dejaría a un lado sus principios y su pensamiento.
En ese momento, el tema del divorcio no era solamente un tema más, sino que era el tema más urgente por definir para los religiosos de ese tiempo. Pero para entender mejor la respuesta de Jesús, debemos entender un poco más lo que significaba el matrimonio y el divorcio en el mundo judío de esos días. En primer lugar, el hombre era el sujeto de la relación y la mujer era el objeto, así que la mujer no tenia derechos legales, ella solamente estaba a la disposición del marido, pues él era la cabeza de la familia. El matrimonio únicamente era un contrato, que se podía romper únicamente a través del hombre, pues él era el único que podía autorizar el divorcio. Por esa razón, el matrimonio era para la mujer algo incierto, pues podía quedar desamparada si el hombre decidía que se llevara a cabo el divorcio.
Había únicamente cuatro motivos por los que la mujer podía solicitar el divorcio a su marido: si él contraía lepra, si se dedicaba a un trabajo repugnante, si violaba a una virgen o si la acusaba falsamente de un pecado prenupcial. Mientras que el hombre podía divorciar a su mujer siguiendo la interpretación de la ley, que decía: Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, pero después resulta que no le gusta por haber encontrado en ella algo indecente, le dará por escrito un certificado de divorcio y la despedirá de su casa.” Deuteronomio 24:1 Este texto de nuestro Antiguo Testamento, tenía dos formas de interpretación, una de ellas era que la frase “algo indecente” quería decir únicamente “adulterio” así que fuera de eso no había motivo para el divorcio. La otra forma de interpretación decía que esa misma frase podía significar, “que la mujer estropeaba la comida”, “si hablaba en la calle”, “si hablaba con un extraño”, “si hablaba irrespetuosamente de los parientes de su marido en su presencia” o “si se le oyera en la casa de al lado”. Otra interpretación aún más extrema decía que quería decir que un hombre podía divorciar a su mujer si encontraba a otra que le pareciera más bonita que ella.
La respuesta de Jesús fue mas allá de este tipo de interpretaciones superficiales, y aunque estas se basadas en la ley de Moisés, Jesús citó un texto aún mas antiguo, que decía: Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó,”  Génesis 1:27 yPor eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona. Génesis 2:24
Jesús sabía que el texto de Deuteronomio había sido aplicado a una situación especial, pero que no se le debía vincular con otra época y con situaciones distintas. Jesús quiere poner en claro también la igualdad con la que la mujer fue creada por Dios en relación al hombre, y que ninguno es superior al otro, que más bien son compañeros de la creación.
El evangelio apócrifo de Tomas dice en su proverbio 22: Jesús les ha dicho: Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino.” 

Ahora podemos ver con mayor claridad lo que Dios, a través de Jesús nos dice: varón y mujer, Jesús no hablaba de separación o de diferenciar a uno con el otro, Jesús habla de una misma esencia, una esencia adherida entre creador y creación, un mismo ser, un mismo sentir, un mismo objetivo, un mismo camino, una sola fe, una sola fuente de amor. Para Jesús solo existe un solo género, el humano, para él solo existe un único ser, la diversidad de sentimientos poseen un mismo principio, la diversidad de emociones poseen un mismo origen,  solo uno, no existen dos elementos ajenos uno del otro, porque el origen los une.
Se nos ha presentado a través de los siglos que la mujer debe estar a un lado específico y el hombre en otro distinto, pero cuando profundizamos en las palabras de Jesús descubrimos que esas exposiciones salen sobrando, porque el hombre y la mujer es un único ser, una misma esencia, una misma fuerza, una misma vida. La mujer no es mayor ni menor, y el hombre no es mayor ni menor, los dos ya no son dos, sino uno mismo, por esa razón Cristo nos lleva en ser más tolerantes, pacientes, amorosos, íntegros, leales, responsables y honestos con el lado opuesto, porque no se trata de enaltecer o de humillar a nadie; sino de trabajar en equipo como uno solo. Hermano ve a la mujer como tu propio ser, tu hermana, tu madre, tu tía, tu vecina, tu amiga, etc. Hermana ve al hombre como tu propio ser, tu hermano, tu padre, tu tío, tu vecino, tu amigo, etc. Animémonos a tomar este estilo de vida, que se aplica tanto en el matrimonio, en las relaciones de pareja, con las amistades, en las relaciones de trabajo, en las relaciones de familia, en fin, cualquier circunstancia es idónea para practicarlo. Tanto hombres como mujeres tenemos las mismas oportunidades, las mismas responsabilidades y los mismos derechos. Hermana y hermano, Dios ya no quiere que nos dividamos, porque ya no somos dos, ahora somos uno solo. Amén.



Pbro. Roberto Aguilar-Cedeño.

7 de octubre de 2012.

martes, 2 de octubre de 2012

2 DE OCTUBRE


1968
"Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos." San Mateo 5:10
Todo ser humano es intrínsecamente libre, y esa libertad lo lleva a buscar la justicia. La justicia que un ser humano libre anhela, no es solo para él o para ella, pues luchará por compartirla para todos.
Nuestros hermanos caídos aquella tarde lluviosa del 2 de Octubre de 1968 en la Plaza de las tres culturas o Plaza de Tlatelolco, se encontraban luchando precisamente por esa justicia para todos. La sangre derramada de aquellos que murieron allí, no fue en vano, pues ahora podemos recordarles con orgullo, pero sobre todo, podemos seguir sosteniendo en alto los ideales de la verdadera libertad que nos trae justicia a todos.
Mexicanos y mexicanas, nunca dejen de vivir diariamente con el orgullo de haber tenido hermanos tan valientes como esos jóvenes, que tuvieron que dar su vida para que no olvidemos que somos los hombres y las mujeres libres que Dios tiene por hijos e hijas.
Dios les bendice a Ellos y a Ustedes también. Amén.
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Concede, oh Dios, que tu santo y vivificador Espíritu anime de tal manera a todo ser humano especialmente a los habitantes de este país, México, que se derrumben las barreras que nos dividen, que desaparezcan las sospechas y que cesen los odios; a fin de que, sanadas nuestras divisiones, vivamos en paz y justicia; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.